Bienvenid@s

Hola!!!

Hombres mirando-nos es este acercamiento para que podamos compartir las cosas que nos duelen por seguir el modelo tradicional de la masculinidad, al romper con estas ideas y conductas nos brindarán mejores beneficios en nuestra vida emocional con uno mismo, la pareja, nuestras relaciones familiares y cotidianas.


Le apuesto al compromiso que podemos hacer los hombres para tener una vida sana, basada en la igualdad de género y renunciar a todas de las violencias que ejercemos los hombres.

Ahora te invito a que nos miremos desde otras formas de ser hombres.

Cirilo



martes, 22 de febrero de 2011

¿Los Hombres somos igualitarios?

En septiembre de 1994 se llevó a cabo en El Cairo, Egipto, la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD), en la que se logró un impresionante consenso sobre qué hacer respecto con algunos de los problemas mundiales más importantes.

El Programa de Acción apuntó que los hombres y las mujeres tienen el derecho a recibir información, escoger y tener acceso a métodos seguros, eficaces y aceptables para la regulación de la fecundidad, así como el derecho a recibir servicios adecuados de atención a la salud que garanticen embarazos y partos sin riesgos.

Otro punto, tratado en el Programa de Acción de la CIPD, fue la responsabilidad de los hombres en la salud reproductiva (Punto 4). Este fue uno de los primeros avances en materia de equidad, porque a las mujeres se les había visto como las únicas responsables en el ámbito reproductivo.

Más adelante, en la Cuarta Conferencia Internacional de la Mujer en Beijing (1995), se tocó el tema sobre la inclusión y debate sobre la participación equitativa de los hombres.

Posteriormente, las diferentes convenciones e instrumentos internacionales hacen un llamado a los hombres a eliminar todas las formas de discriminación y violencia hacia las mujeres y buscar alternativas para una convivencia sana y equitativa.

Hasta hoy, la igualdad de género está en el mundo masculino como discurso; existe quienes la aceptan y también hay muchos que no contribuyen en la búsqueda de la equidad o la niegan.

Mientras los hombres sigamos creyendo que las mujeres son las únicas responsables del espacio doméstico, de la salud sexual y reproductiva, de la educación de los hijos e hijas y de la violencia, seguiremos evadiendo responsabilidades que nos corresponden.

La participación igualitaria y equitativa en nosotros los hombres debe basarse en desempeñar un papel solidario en cuanto a eliminar los malos tratos a sus hijas/os, parejas, madres y hermanas, sumándonos a los esfuerzos para erradicar la violencia doméstica, la prostitución infantil y la violación.

Nuestra participación igualitaria contribuye a fortalecer a las familias y sociedades más democráticas. En esta medida se benefician todos y todas; los hombres se vuelven más autosuficientes y desarrollan más habilidades. Otra de las ganancias es, que al compartir responsabilidades, queda más tiempo libre para disfrutarlo en familia y como pareja.

Es momento que los hombres nos comprometamos a otras alternativas de la masculinidad que permita el diálogo y el compromiso de la no violencia en casa.

El costo social de “ser hombres” nos ha afectado de grave en la salud física, mental y emocional; en ella va implícita la violencia de cada día.

Es por ello estas reflexiones:
Ø      ¿Qué pasaría si tu participación como hombre fuera con afecto igualdad y equidad en el interior de la familia?
Ø      ¿Qué valores les estarías enseñando y fomentando a tus hijos/as sobre el compromiso y la participación en el hogar?
Ø      ¿Qué pasaría si como hombre dejaras de ejercer la violencia y usaras el diálogo para resolver los conflictos?
Ø      ¿Qué pasaría si a tu hija le enseñas que, como mujer, merece respeto; que nadie tiene derecho a lastimarla ni humillarla; que es una persona tan valiosa y que es capaz de realizar muchas tareas?
Ø      ¿Qué pasaría si tú dejaras de acosar a las mujeres en las calles, trabajo y en tu hogar?

Pasemos de la reflexión a la acción...

lunes, 14 de febrero de 2011

Noviazgo sin sexo, no es noviazgo

Cuando les pregunto a hombres adolescentes y jóvenes sobre las palabras que asocian con el noviazgo una de las primeras respuestas es…sexo.

La lógica tradicional masculina se basa en que los hombres debemos responder y actuar a cualquier precio. Esta masculinidad está construida por nuestra sociedad a partir del eje del poder, se ejerce sobre las mujeres, el poder de las restricciones sociales, el poder de la heterosexualidad sobre la homosexualidad.
En la iniciación sexual masculina, la presión del grupo social juega un papel importante pues se basa en la confirmación de la identidad y a la regulación de las prácticas sexuales de los jóvenes, independientemente de la relación de pareja que tenga.

Es por ello que los hombres hemos aprendido que para mostrar nuestra hombría y heterosexualidad, el noviazgo o los encuentros con las mujeres, las relaciones sexuales son un elemento indispensable.

En algunas series o novelas juveniles muestran los estereotipos masculinos conquistadores, amantes, rebeldes y valientes (violentos)  que pueden obtener placer con cualquier chica que se le ponga enfrente, ellos son parte de los ideales masculinos y femeninos que la sociedad refuerza constantemente a través de la mercadotecnia sexual.

Pero ¿qué temen los hombres en las relaciones de noviazgo?

Algunas respuestas son la infidelidad, el embarazo, la traición, entre otras. Los temores constantes de los hombres se basa en la infidelidad sexual de su pareja pues parten de la doble moral sexual que las mujeres son las que no se hacen respetar y los hombres por "naturaleza" tenemos más apetito sexual; además algunos jóvenes se resisten al uso del condón durante el noviazgo, algo como: que se cuiden ellas, pues es tan difundida la idea de: sin condón no se siente lo mismo porque quita placer.

Otro elemento que entra a prueba en la masculinidad de los jóvenes, es que otros hombres se enteren de su “bajo desempeño sexual”, pues se considera que un hombre siempre debe dejar satisfecha a las mujeres, la reputación y el honor masculino están constantemente en juego y, por ello, se reafirma a través de las conductas y prácticas sexuales, que en algunas situaciones son de alto riesgo como: las infecciones de transmisión sexual o el VIH.

Para algunos jóvenes, la prueba del amor -la relación sexual con la pareja- dejó de ser exclusivamente lo básico, ya que muchos chavos piden tener relaciones sexuales  sin el uso del condón. Por otro lado, en algunos espacios educativos, algunas chicas señalaron que hay chavos que les piden tener prácticas de sexo anal u oral pues consideran que así las mujeres no pierden su virginidad. Explorando las ideas que tienen estos chicos, son hombres que tienen rígidamente definidos los papeles tradicionales de hombres y mujeres, aunque en el discurso expresen que no son machistas.

Entonces, ¿para dónde ir?

Creo que algunos de los retos que tenemos los hombres son replantear la identidad masculina, que ésta nos permita revisar los miedos frecuentes, poderlos identificar y aprender a enfrentarlos sin violencia. Reconocer nuestra sexualidad, eliminar los estereotipos sexistas hacia las mujeres y pareja, dejar de ver a las mujeres como objetos sexuales y respetar su derecho a decidir sobre su cuerpo y sexualidad. Vale la pena que hasta aquí, podamos mirarnos como hombres.

Y en tu ciudad o comunidad, ¿cómo se desarrollan estás prácticas entre noviazgo y sexualidad?

¿De qué hablan los chavos con relación a sus parejas?

¿Cuáles son las prácticas de riesgo más constantes en las relaciones de parejas en jóvenes?

Comparte tu experiencias

Autor: Cirilo Rivera García

martes, 8 de febrero de 2011

Machismo, homofobia y violencia de género.

Si usas shampoo para mujer,
piensas como mujer.
Comercial de shampoo para hombres.

Autor: Cirilo Rivera García 

Michael S. Kimmel plantea que “la homofobia es un principio organizador de nuestra definición cultural de virilidad, es más que el miedo irracional por los hombres gay, es el miedo a que otros hombres nos desenmascaren, nos castren, que nos presenten como si no fuéramos  verdaderos hombres”.

La homofobia está relacionada con el sexismo así como con el racismo. Muchos hombres tienen miedo a ser percibidos como homosexuales, ser visto como poco hombre es un miedo que impulsa a negar la hombría a los otros; los hombres constantemente buscamos probar nuestra masculinidad tradicional a través de la violencia, de discriminar a las y los diferentes – mujeres y hombres homosexuales- pues se considera poco digno mostrar debilidades, por lo que es necesario que los varones demos muestra de nuestra heterosexualidad.
Consideramos que el machismo dejó de existir en nuestro país, sin embargo, lo único que ha pasado es que dejó de ser un discurso de presentación de nosotros los hombres porque las prácticas siguen siendo las mismas.

El machismo y la homofobia se relacionan de tal manera que tienen un sustento netamente conservador, pues esta ideología es de doble moral porque por un lado queremos prácticas en valores sin embargo existen conductas y actitudes que lastiman a mujeres, niños y niñas.

En nuestro mundo contemporáneo, las mujeres participan de muchas formas en las actividades sociales políticas y económicas, ellas han se han sobrepuesto de la misoginia constante sin embargo, a nosotros los hombres nos ha puesto en crisis el modelo tradicional masculino, pues hemos creído que somos son los únicos que podemos ser los proveedores, merecemos ser reconocidos y podemos gobernar.

Cuando las mujeres avanzan en la lucha de sus derechos o sobresalen sus esfuerzos, algunos hombres buscan las formas de coludirse para minimizar las actividades hechas por sus compañeras.

El año pasado me tocó escuchar de un docente investigador, el cual señalaba que no había epistemología feminista, otros hombres investigadores señalan que en nuestro estado no se hacen estudios de género ni de mujeres, ¿será acaso que las investigaciones que hacen las compañeras quieres ser  invisibilizadas y por lo tanto negarles el derecho ser protagonistas en la Academia?

El machismo, la homofobia y la violencia de género no es exclusiva de un sector de la población pues lo mismo hay gente sin estudios como hombres con “doctorado” o “maestrías” que miran al mundo desde una perspectiva machista y por lo tanto excluyente.

Creo que debemos partir de hacer investigación desde una perspectiva integral que nos incluya a mujeres y a hombres, que las políticas públicas tengan perspectiva de género pues de no ser así, seguiremos cegados por el machismo con discurso democrático.

El que esté libre de machismo, que arroje la primera piedra.

Si queremos que las cosas cambien, asumamos nuestras responsabilidades y cambiemos nuestras prácticas machistas.

jueves, 3 de febrero de 2011

Paternar...Tarea continua

Hace años que recorro mi país y América, trabajando con padres.

Hombres que se han hecho padres con dolor, muchos; sólo desde el  deseo de perpetuidad y filiación, otros, con la idea cultural que sólo un hijo completa nuestro itinerario hacia hacernos hombres de verdad, entrado en la adultez.

Algunos como yo, en compañía  fecunda de otros y otras, hemos decidido paternar, es decir criar creando con nuestros hijos e hijas vínculos nutrientes de amor y confianza mutua, no sólo pensando en que sean felices ellos, sino completando nuestra oportunidad de ser mas íntegros como personas nosotros.

Paternar, es en un principio, saberse co-creador en responsabilidad, hacer sabiendo; registrando que no hemos sido educados en ese hacer, pues es vivido culturalmente, como exclusivamente femenino .

Llamo responsabilidad a la capacidad solo adulta y madura  de ponderar las consecuencias de mis actos, ni buenos ni malos, actos al fin.

Toda acción es emoción, es decir mis actos, con-tienen una emoción que los valida, y sostiene. Solemos hacer lo que queremos, aunque suene muy feo decirlo públicamente.

Todo hacer implica conocer, y en esa acción siempre hay otro /a  que re-conocer, aceptándolo en legítima co-existencia, nunca hacemos solos, aunque parecería que los hombres estamos empecinados en no darlo a luz.

La necesidad de ir mostrando mientras crecemos, que hacerse hombre implica autosuficiencia, fortaleza e inteligencia condiciona muchas de nuestras conductas que no se ciñen a ese dispositivo de control y sanción.

Allá vamos, como centro del mundo, sumando insatisfacciones por ello.

Paternar, es  dejar de lado privilegios, para que el otro u otra nos de sentido y significado conjunto, no viene de la mano de lo biológico...

Nuestras compañeras, según la cultura; se completan como mujeres en su maternidad, les otorga otro status social, sin embargo desde constituirse en cuerpo junto a nuestros hijos e hijas, los van registrando segundo a segundo en esa realidad casi  imperceptible de desarrollo y evolución mutua, nosotros los conocemos después, adoptándolos en nuestro convivir, que en la mayoría de los casos no es corporal. (Los hombres tenemos organismo digo hace muchos años, pues sin apropiación conciente de esa realidad no hay cuerpo significante)

Ese niño eso no se toca, no es gratuito ni pasa rápido, suele instalarse en lo natural, pero es fruto de un preciso mecanismo cognitivo, casi de relojería.

También ellas son dolidas, poniendo en juego su capacidad de ser madre, malas mujeres habemus ...malas madres, es altamente riesgoso socialmente ese espacio, malos padres, palabras que abundan hoy.   

Vivimos la complejidad del mundo moderno, un mundo de riesgos continuos, pandemias, catástrofes climáticas, profunda vulnerabilidad de los cuidados.

Paternar , es cuidar , en el sentido mas amplio de la palabra , no es controlar sino dar sustento material  e inmaterial , para que el otro , la otra crezca , evolucione , confronte , y separe , sin cuidados hoy no hay futuros.

No hay formula, solo algunos indicios, algunas marcas en nuestra realidad diaria, tomar decisiones sin pasar de largo, estando en tiempos y espacios compartidos, también hace años que escucho como caballito de Troya , es un tema de calidad del tiempo y no de cantidad , justificando lo poco doméstico de los hombres.

Paternar hoy es calidad y cantidad de tiempos y espacios, si vamos por un futuro mas equitativo y digno, no hay ninguna posibilidad de suspender los relojes y las áreas , en esas coordenadas se construyen nuestras presencias.  

Paternar, tarea continua… Es hora de proponértela

Hugo Huberman

Lazo Blanco, Argentina
http://www.lazoblanco.org/

La vida de Juan - Parte 1 Promundo

La vida de Juan - Parte 2 Promundo